Una nueva estrella está naciendo.
En el cielo algo está creciendo y haciéndose más brillante. Pronto será uno de los astros más llamativos del firmamento. No, no es una supernova. ¡Es la Estación Espacial Internacional!
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Con el ocaso del siglo XX, una nueva estrella empezó a brillar en el cielo nocturno de casi todo el mundo poblado: la Estación Espacial Internacional o ISS.
Es el programa de investigación científica multinacional más grande de la historia. Involucra a las agencias espaciales de 16 países (Estados Unidos, Rusia, Japón, Canadá, Italia, Dinamarca, Noruega, Bélgica, Holanda, Francia, Alemania, España, Gran Bretaña, Suecia, Suiza y Brasil), y a más de 100.000 profesionales de esos organismos, sin contar los millares de operarios de todo el mundo que trabajarán para centenares de contratistas y subcontratistas del proyecto.
A partir de noviembre de 1998, 45 misiones rusas y norteamericanas, tripuladas y no tripuladas, llevarán sucesivamente al espacio las piezas del gigantesco meccano y las irán ensamblando.
Rusia aportará sus cohetes Protón para elevar varios de los módulos vacíos, y sus naves Soyuz de tres tripulantes para llevar cosmonautas obreros hasta la estación. Estados Unidos, por su parte, movilizará al transbordador espacial como gran protagonista para el transporte de equipo, operarios y científicos, mientras avanza en el desarrollo del avión orbital X- 38, un taxi más barato y pequeño que reemplazará al transbordador como transporte de personal a la ISS.
El ensamblaje demandará seis años. En el 2004, la ISS habrá alcanzado su forma y tamaño definitivos para servir de laboratorio espacial permanentemente habitado hasta el 2019, por lo menos.
A un costo total de 17.400 millones de dólares, de un extremo a otro de sus paneles solares tendrá el tamaño de un campo de fútbol y todas sus dependencias sumadas le darán una capacidad habitable igual a la de dos aviones Jumbo.
La ISS permitirá elaborar y ensayar nuevas tecnologías, medicamentos y productos industriales en un ambiente aislado de la gravedad terrestre y completamente controlable, algo imposible en la superficie.
Será un verdadero banco de pruebas para la sociedad del futuro.
Una historia de 14 años.
La ISS es consecuencia del desafío a construir una estación espacial permanente que lanzó en 1984 el entonces presidente norteamericano, Ronald Reagan.
Su sucesor, George Bush, la bautizó Estación Espacial Freedom (libertad), y entre 1988 y 1989 invitó a sumarse al proyecto a las agencias espaciales europea (ESA) y japonesa (NASDA).
Entre 1990 y 1991 termina la guerra fría entre el Este y Occidente con el derrumbe de la Unión Soviética y su desmembramiento en naciones independientes. Norteamericanos y rusos encaran por primera vez un plan de cooperación espacial y el presidente Bill Clinton convoca en 1993 a un rediseño del plan.
De las tres propuestas resultantes fue aprobada la primera, identificada como «Alfa», y el proyecto pasó a llamarse Estación Espacial Alfa. Sin embargo, la intención de imprimir en su nombre el sello multinacional del emprendimiento dio origen a su actual denominación (Estación Espacial Internacional).
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Una nueva estrella en el cielo.
Podemos ver la estación desde la Tierra debido a que ésta refleja la luz del Sol. Lo brillante que se vea cuando pasa sobre nuestras cabezas dependerá de su orientación con respecto a usted y el Sol.
Normalmente, la mejor hora para ver la EEI es alrededor de una o dos horas antes del amanecer o después del atardecer. A esas horas su cielo estará oscuro (sin tomar en cuenta la contaminación luminosa urbana) pero la estación espacial, en lo alto, estará aún iluminada por la luz del Sol. Al atardecer la estación se verá más brillante justo antes de su entrada a la sombra de la Tierra para «desaparecer» súbitamente en mitad del cielo. Temprano por la mañana, la EEI puede «aparecer» abruptamente al emerger de la sombra de nuestro planeta.
La EEI orbita la Tierra más o menos cada 90 minutos, o unas 16 veces al día. Para tener una idea correcta, utilice un globo terráqueo típico. Imagine a la estación orbitando a aproximadamente 1/4 pulgada (6,35 milímetros) por encima de la superficie del globo. Esta es una buena representación de la órbita baja en la que viajan la EEI y los transbordadores espaciales. Como no hay fuerzas significativas que actúen sobre la EEI a excepción de la fuerza de gravedad terrestre, el plano geométrico de la órbita de la estación no sufre cambios. Sin embargo, la órbita de la EEI no está sincronizada con la rotación de la Tierra. De este modo, la EEI pasa sobre una zona diferente de la superficie terrestre en cada revolución a medida que la Tierra gira debajo de la estación. Además la estación no estará sobre el mismo punto de su órbita cada vez que pase sobre su ubicación. Todo ello combinado hace que no verá a la EEI a la misma hora cada anochecer y amanecer.
La órbita de la EEI está inclinada 51.6 grados con el ecuador. Esto se debe a que los componentes rusos de la estación son lanzados desde el Cosmódromo de Baikonur en Kazajstán. Cuando se lanza una nave al espacio, la órbita más eficiente en términos de uso de combustible es la que tiene una inclinación igual a la del sitio de lanzamiento, y para obtener gratuitamente un envión adicional por la rotación de la Tierra, la mayoría de los lanzamientos se hacen hacia el este. El máximo envión rotacional posible se logra realizando el lanzamiento desde el ecuador, donde la superficie de la Tierra (y todo lo que hay sobre ella) está viajando a una velocidad de 1000 mph (1600 kmph). Esta es la razón por que los EE.UU. escogieron el sur de Florida, para montar su principal sitio de lanzamientos, ya que es uno de sus territorios localizado lo más al sur posible, y por lo tanto más cerca del ecuador.
A la latitud alta de Kazajstán la superficie de la Tierra no esta rotando tan rápido, pero la menor velocidad impartida por el envión rotacional no es un factor crucial en la optimización del uso de combustible. Así, la EEI tiene una inclinación mayor que la típica órbita de los transbordadores espaciales lanzados desde el Centro Espacial Kennedy en Florida. Pero estas son buenas noticias para nosotros, los observadores de Tierra, porque la mayor inclinación de la órbita de la estación hace que pueda ser vista desde un área mucho mayor de nuestro planeta.
Volvamos al globo terráqueo, usted puede ver que hay una mitad «ascendente» (vista desde el hemisferio norte) de la órbita de EEI a medida que esta se mueve desde el hemisferio sur al hemisferio norte, y una mitad «descendente» conforme se mueve del hemisferio norte al hemisferio sur. Esto determinará la dirección en la que usted vea moverse la estación en el cielo. Si usted la ve cuando va en el trayecto ascendente, la verá moverse de suroeste a noreste. En el trayecto descendente, aparecerá por el noroeste y viajará hacia el sureste. Y si la geometría está bien, verá que la estación aparentemente viaja casi siempre de oeste a este. Desafortunadamente, si usted vive en una latitud mayor de 60 grados, no podrá ver la EEI ya que nunca se elevará por encima de su horizonte.
Dado que la EEI puede ser muy brillante, aun aquellos de ustedes que sufran de polución luminosa urbana serán capaces de verla. Así es que, visite nuestro sitio de Liftoff y averigüe cuando es que la EEI se verá sobre su hogar. !Y únase a los millones de personas alrededor del mundo que observan esta nueva estrella en el cielo!
Web Links:
Estación Espacial Internacional — Sitio Oficial NASA Responsable.
«¿Dónde está la Estación Espacial Internacional?» — Ayuda a los usuarios a identificar la
Estación Espacial orbital y a determinar por adelantado cuando pasará sobre su localidad. Creado por el centro NASA/Marshall: Despegue a la Exploración Espacial
SkyWatch — Programa diseñado para ayudar a los observadores del cielo a seguir la EEI. Este sitio es del SpaceFlight.nasa.gov la página principal de NASA sobre la Estación Espacial Internacional
Créditos y Contactos
Autor: Dr.Tony Phillips
Editor de Producción: Dr.Tony Phillips
Curador: Bryan Walls
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Oficial NASA Responsable: Ron Koczor
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