ESPECIAL LLEGADA DE LOS ROVERS A MARTE

En este completo informe se detallan, in extenso, las características del arribo de los Rovers de la NASA al planeta Marte, así como los principales eventos y las especificaciones técnicas de la misión.

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Principales eventos:

· Llegada de Spirit. Domingo 4 de enero de 2.004 – 04:35 GMT

· Llegada de Opportunity. Domingo 25 de enero de 2.004 – 05:05 GMT

Diferencias horarias respecto a GMT:

– España, Francia, Italia: GMT+1
– Portugal, Canarias: GMT
– Brasil: GMT-2
Argentina, Uruguay, Kourou, Chile, Paraguay: GMT-3 (Cuando se muestra la hora «GMT» se le debe restar 3)
– Venezuela, Bolivia, Rep. Dominicana, Pto. Rico: GMT-4
– Colombia, Perú, Ecuador, Cuba, Florida(EDT): GMT-5
– Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, México, Houston(CDT): GMT-6
– Los Angeles(PDT): GMT-8

EL VIAJE

La mayor parte del viaje hasta Marte transcurrió con absoluta normalidad, sin embargo los ingenieros han tenido que sortear algunos problemas. El mayor de ellos fue la detección al comienzo del viaje de un fallo en el espectrómetro Mössbauer del rover Spirit. Este instrumento es el encargado de identificar los diferentes tipos de mineral de hierro que hay presente en la superficie marciana. Según parece, un sistema vibrador del aparato que emitía rayos gamma, tenía algunas dificultades de movimiento. Tras estudiar cuidadosamente la situación, se modificaron algunos parámetros y ahora parece funcionar con total normalidad, aunque los resultados habrá que verlos en Marte.

Además, la reciente actividad solar tambien ha dado problemas durante el trayecto. No ha habido daños permanentes aunque este aumento de la radiación ha dañado los paneles solares de la cubierta de crucero de la nave, aunque de poca importancia. Incluso los escaners de estrellas usados para la navegación dejaron de funcionar unas horas al ser saturados de radiación. Esto hizo que los técnicos tuviesen que reiniciar los ordenadores de las naves, quedando de nuevo en perfecto estado.

Durante el viaje se han llevado a cabo varias correcciones de la trayectoria de Spirit y Opportunity, aunque algunas de ellas se han suspendido al no ser necesarias. Ocho días y dos días antes de la entrada atmosférica, ambos rovers sufrirán una leve desviación de su trayectoria para llevarlos exactamente a las zonas de aterrizaje seleccionadas (Gusev Crater y Meridiani Planum).

LAS PARTES DE LA NAVE

En la imagen superior podemos encontrar las partes en las que se divide esta nave. Los componentes fundamentales son:

– Etapa de Crucero:
– Escudos
– Aterrizador o lander
– Rover

Durante todos estos meses de viaje, la nave ha tenido la configuración que podemos apreciar en la izquierda, con todos los componentes unidos. Antes de entrar en la atmósfera marciana, se desprenderá la Etapa de Crucero que ha sido la parte encargada de suministrar energía electrica al conjunto a través de unos paneles solares que cubrían uno de sus laterales. Además porta varios depósitos de combustible que han sido utilizados para realizar las maniobras de ajuste de la trayectoria que han permitido dirigir la nave hacia el lugar adecuado en en momento preciso.

En el momento de la llegada, sólo nos queda la cápsula formada por los dos escudos y el lander con el rover en su interior, el llamado ‘vehículo de entrada’. El escudo trasero del que hablaremos detalladamente un poco más adelante, es el encargado de llevar el paracaidas y los sistemas de frenado, guiado y retrocohetes, mientras que el escudo térmico absorverá la mayor parte de la energía del impacto contra la atmósfera permitiendo reducir la velocidad de la nave hasta que se haga cargo del descenso el paracaidas. Una vez frenada la nave se desprenderá al haber cumplido su función. Entonces los paracaidas del escudo trasero llevarán la nave colgando hasta unos pocos metros del suelo. En ese momento se inflarán los airbags que amortiguarán el golpe y se separa el paracaidas junto al escudo trasero. Tras tocar el suelo tan sólo nos quedará el lander que protege al rover que está en su interior. En los siguientes apartados veremos todo esto con más detalle.

Ver vídeo del descenso a la superficie (19.1 MB) ¡ESPECTACULAR!

LA ENTRADA ATMOSFÉRICA

LOS ESCUDOS PROTECTORES TÉRMICO Y TRASERO

El escudo protector delantero y trasero sirven de protección durante los siete meses de viaje a Marte. Este escudo, junto al aterrizador y el rover, forma lo que es conocido como ‘vehículo de entrada’. El propósito principal de este escudo es resguardar el aterrizador que contiene el rover del intenso calor que se genera durante la entrada en la atmósfera marciana el día de la llegada al planeta. Este escudo protector está basado en el diseño de los usados en las misiones Pathfinder y Viking, aunque mejorado y adaptado a esta misión.

Tiene dos partes principales: el escudo térmico y el escudo trasero. El escudo térmico es la parte delantera durante la entrada atmosférica y protege al rover de las altas temperaturas provocadas por el rozamiento con la atmósfera y actua como freno aerodinámico para disminuir la velocidad.

El escudo trasero porta el paracaidas y otros componentes usado en el descenso como son los componentes electrónicos que activan los mecanismos de separación de ambos escudos y los retrocohetes, además de una Unidad de Medidas Inerciales que mide los movimientos del conjunto mientras desciende por la atmósfera. Los 3 retrocohetes llamados RAD, proporcionan una fuerza superior a una tonelada durante 2 segundos. Además tambien hay otro juego de cohetes llamados TIRS que están orientados horizontalmente y que serán los encargados de proporcionar pequeños impulsos que mantengan los más verticalmente posible el descenso final, basándose en tres fotografías que obtendrán los escudos instantes antes del impacto y que le darán una idea al vehículo de la velocidad horizontal que posee, para intentar que sea lo menor posible y limitar los posibles daños en los airbags.

El escudo protector térmico está realizado en una estructura de aluminio con forma de panal, metido entre hojas de epoxy-grafito. El exterior está cubierto por otra capa en forma de panal de compuestos fenólicos. Este material está realizado con benceno y es usado normalmente para plásticos, desinfectantes y en la industria farmaceutica. Esta capa está recubierta por otra de un material que se descompone con el calor y que disipará el calor generado por la fricción con la atmósfera. Esta capa externa es una mezcla de corcho, cartón y esferas de cristal de silicio y fue inventado por el equipo de la misión Viking, siendo usado un compuesto similar en las misiones Mercury, Gemini y Apolo. Su fórmula química hace que reaccione con la atmósfera marciana en el descenso y desprende el calor del rozamiento al evaporarse, dejando tras de si una estela de gases calientes. Esta perdida de calor y el rozamiento hacen bajar la velocidad desde los 20.000 kilómetros por hora hasta los 1.600 en apenas un minuto, con una fuerza de desaceleración de 10 G’s.

Tanto el escudo térmico como el trasero están hechos del mismo material aunque el escudo térmico tiene una gruesa capa del material de corcho y cristal. El escudo trasero no va pintado sino que ha sido cubierto con una capa de mylar aluminizado, un aislante que lo protege del frío exterior y que tambien se vaporizará durante la reentrada.

EL PARACAIDAS Y SUS SISTEMAS AUXILIARES

El diseño del paracaidas está marcado por las ‘cargas’ (las fuerzas que el paracaidas experimenta cuando está completamente abierto). Estas cargas son calculadas usando la densidad atmosférica, la velocidad de la nave, la superficie del paracaidas y la masa de la sonda. El paracaidas de esta misión es un 40% más grande que el usado en la misión Pathfinder debido al mayor peso de estos rovers. Las cargas que deben soportar rondan los 82.000 Newtons, en comparación con los 35.600 N de la misión Pathfinder. (Un Newton -N- es la unida de fuerza requerida para acelarar una masa de un gramo a una velocidad de un metro por segundo).

La tela está hecha de dos resistentes fibras sintéticas: poliester y nilon. El paracaidas tiene un triple sujección con el escudo trasero y está fabricada en Kevlar, el mismo material usado en los chalecos antibalas.

Los materiales utilizados para la tela deben ser fuertes pero además ligeros y delgados para poder ser almacenados en un area pequeña y sin superar cierto peso. Tras superar cientos de pruebas y simulaciones, el paracaidas es esterilizado por calor y cuidadosamente plegado para ser introducido en su cápsula contenedora. Allí deberá soportar meses de viaje y temperaturas extremas.

Junto al paracaidas trabajarán otras partes de la nave entre ellas unas cuerdas de Zylon. Después de que el paracaidas sea desplegado a una altitud de unos 10 km sobre la superficie, el escudo térmico es liberado usando 6 agarres con muelles de liberación. El aterrizador se separa a continuacion de la parte trasera del escudo y desliza hacia abajo una tapa metálica de un sistema centrífugo de freno agarrado a uno de los pétalos del mismo. El lento descenso de esta tapa metálica situa al aterrizador en posicion al final de otra brida, fabricada con un cable de unos 20 metros de Zylon trenzado.

El Zylon es una avanzada fibra similar al Kevlar pero mucho más resistente. Estos hilos de Zylon permiten el espacio suficiente para el despliegue de los airbags y para que se enciendan los motores de frenado que usará la sonda unos segundos antes del primer impacto. Además lleva acoplado un cable electrico que permitirá encender estos motores que están en el escudo trasero y tambien servirá para recibir los datos del Sistema de Medida Inercial que está en dicho escudo, para conocer el balanceo de la nave y que permitirá al ordenador hacer las correcciones necesarias.

La nave posee un ‘descenso asistido por cohetes’, ya que debido a que la densidad de la atmósfera marciana es inferior al 1% de la terrestre, el paracaidas no puede frenar lo suficiente como para asegurar un descenso seguro a baja velocidad. Estos retrocohetes se encenderán pocos segundos antes del impacto para disminuir la velocidad a 0 y soltar la nave con los airbags inflados desde una altura de 15 metros.

Este sistema se completa con un ‘radar altímetro’. Este radar será usado para determinar la distancia a la superficie marciana. La antena del radar está montada en una de las esquinas inferiores del tetraedro que forma el aterrizador (lander). Cuando el radar informe que se encuentra a una determinada altitud, el cable de Zylon será cortado, soltando el lander del paracaidas y del escudo trasero, estando listo para el aterrizaje. Este radar además ordenará la secuencia de encendido de los retrocohetes y del inflado de los airbags.

LOS AIRBAGS

Los airbags usados en esta misión son del mismo tipo que los usado en la misión Pathfinder de 1.997. Estos airbags han de ser lo bastante resistentes como para resistir el impacto inicial contra una roca afilada y para soportar un par de docenas de rebotes por toda clase de superficies. Para aumentar la complejidad, los airbags deben ser inflados sólo unos segundos antes del impacto y ser desinflados y replegados perfectamente tras la parada de la nave.

Para su confección se ha usado un material llamado Vectran que es el doble de resistente que el Kevlar y funciona mejor a bajas temperaturas. ‘Denier’ es una unidad que mide el diámetro del hilo usado en un producto. Los airbags llevan 6 capas de 100 denier del ligero y resistente Vectran, protegiendo las bolsas interiores fabricadas con el mismo material pero de 200 deniers. Cada rover lleva 4 airbags de 6 globos cada uno, todos ellos conectados entre si. Esta conección es importante ya que permite que el conjunto sea más flexible y reparta la fuerza del impacto por todas las bolsas. Todas las bolsas están recorridas por cuerdas que le dan forma y hacen que el inflado y la posterior recogida sean posibles. Para el hinchado de las bolsas, el escudo trasero lleva instalados 3 generadores de gases que inflarán los airbags en décimas de segundo.

LOS TONOS Y LA SECUENCIA DE DESCENSO

Durante el descenso de los rovers, el Equipo de Entrada, Descenso y Aterrizaje del JPL de la NASA, recibirá toda una serie de ‘tonos’ que enviarán la información sobre lo que está pasando en cada momento. Tras la pérdida de la misión Mars Polar Lander, los ingenieros empezaron a diseñar un sistema que permitiese la comunicación directa con las naves durante las fases más críticas de la misión para conocer el desarrollo de las mismas. Estos tonos que enviarán los rovers durante el descenso junto a otros métodos permitirán conocer el estado de los robots durante cada momento de las fases finales del viaje. Por supuesto, estos tonos serán señales eléctricas que se recibirán a través de las Antenas DSN de la NASA.

Pulsa para ampliar

A bordo de ambos rovers se encuentra el llamado Small Deep Space Transponder, un transmisor de radio que genera tonos a través de 256 diferentes frecuencias posibles, más que suficientes para cubrir cualquier estado en el que se pueda encontrar la nave. Usando un programa informático especialmente diseñado para la ocasión, estos tonos serán traducidos en un monitor como barras de colores según su frecuencia y el momento en el que son recibidos. Además el programa nos dirá el significado de cada tono y mostrará los eventos asociados a dicho tono. Sin embargo, dadas las condiciones extremas de velocidad y de calor que se soportarán en algunos momentos del descenso, no está del todo asegurada una perfecta recepción de la señal durante todo el trayecto.

Al comienzo de la entrada atmosférica, la nave de 827 kg. de peso llevará una velocidad de 19.300 kilómetros por hora. En menos de seis minutos deberá estar parada y en perfecto estado en la superficie del planeta.

Durante los primeros 4 minutos, la velocidad de la nave será reducida hasta los 1.600 kms/h. A falta de 1 minuto y 40 segundos y a pocos kilómetros de altura, el paracaidas será abierto para reducir la velocidad hasta los 321 kms/h. A 6 segundos del impacto y a 91 metros de altura, se encenderán los retrocohetes que disminuirán esta velocidad hasta 0 . Unos segundos despues, el lander caerá desde una altura de 4 pisos envuelto en los airbags, golpeando el suelo a 48 kms/h, o más si hay viento. Rebotará hasta 30 veces hasta pararse.

Durante el proceso, los ingenieros esperan recibir hasta 15 señales de los rovers. Cada uno está programado para enviar un tono cada 10 segundos para informar de su progreso durante los 6 minutos del descenso, por lo que enviará unos 36 tonos. El primero de ellos será enviado nada más entrar en la atmósfera para indicar la desaceleración sufrida. Otro será recibido cuando se despliegue el paracaidas, se separe el escudo térmico y se separe el aterrizador. Si alguno de los sistemas funcionase mal, están programados para enviar un tono característico de fallo. Una vez toque tierra y se pare, enviará 5 tonos cada 30 segundos para mantener informados a los ingenieros sobre su salud.

La recepción de está señales dependerá del movimiento de la antena y las condiciones atmosféricas que afectarán su calidad, hasta hacerlas indetectables, por lo que la ausencia de tonos durante el descenso no indicaría que algo fuese mal. Además, la sonda Mars Global Surveyor intentará captar estas señales para enviarlas posteriormente a la Tierra. Los rovers tambien van equipados con radios de UHF que usarán para comunicarse con la MGS. Estas radios pueden transmitir 8.000 veces más información que los tonos, aunque debido a la geometría entre las dos naves los ingenieros no garantizan que podrán recibir estos datos. En caso de que la MGS los reciba, estarían disponibles en el JPL una hora despues del aterrizaje.

A pesar de todo esto cabe la posibilidad de no recibir la mayoría de los tonos durante el trayecto, por lo que los ingenieros tendrían que esperar a la mañana siguiente para comunicarse con los rovers y conseguir información detallada sobre el descenso, su estado y salud.

EVENTOS EN LA LLEGADA

T-91 min. La nave comienza a girarse para preparar la entrada atmosférica
T- 77 min. Maniobra completada
T-21 min. Separación de la Etapa de Crucero
T-6 min. Entrada atmosférica. Altitud: 120 kilómetros. Velocidad: 20.000 kms/h. Ángulo de entrada: 11.5º
T-4 min. Máximo de temperatura en el escudo térmico. Tª=1.447ºC
T-113 seg. Apertura del paracaidas. Altitud: 8,6 kms. Velocidad: 472 kms/h.
T-93 seg. Separación del escudo térmico.
T-83 seg. Separación del lander que queda colgado unos metros más abajo
T-35 seg. El radar comienza a medir la altura. Altitud: 2.4 kms.
T-30 seg. Adquisición de la primera imagen. Altitud: 2.0 kms.
T-26 seg. Adquisición de la segunda imagen. Altitud: 1.7 kms.
T-22 seg. Adquisición de la tercera imagen. Altitud: 1.4 kms.
T-8 seg. Inflado de los airbags. Altitud: 284 metros.
T-6 seg. Encendido de los retrocohetes. Altitud: 134 metros. Velocidad: 82 kms/h.
T-3 seg. Se corta el cable. Altura 10 metros.
T +0 Llegada de Spirit. Domingo 4 de enero de 2.004 – 04:35 GMT
Llegada de Opportunity. Domingo 25 de enero de 2.004 – 05:05 GMT
T+10 seg. Primer rebote
T+10 min. Se han realizado entre 20 y 30 rebotes recorriendo más de 1 kilómetro. Lander parado
T+66 min. Terminan de recogerse los airbags.
T+96/181 min. Pétalos abiertos

UNA VEZ EN TIERRA

La NASA no podrá saber nada del rover Spirit ni del Opportunity hasta despues de 24 horas del aterrizaje, ya que sólo podrá saberlo cuando despliegue y oriente sus antenas hacia la Tierra y nuestro planeta estará fuera del horizonte de Spirit tan sólo 10 minutos despues de la llegada.

Los rovers podrían recorrer hasta 100 metros en una hora en una superficie lisa y sin obstáculos, y varios kilómetros en un día, pero como no se trata de una carrera, los científicos moverán los rovers las distancia necesaria para alcanzar las rocas que consideren de mayor interés.

Los rovers si tienen éxito en el descenso, constan de una misión primaria de 90 días marcianos, unos 92 días terrestres, se cree que ambos rovers serán plenamente operativos en la superficie durante este tiempo. La misión puede extenderse, dependiendo de la salud de los rovers y de los datos científicos aportados. El tiempo de supervivencia en el suelo de Marte es a pesar de todo incierto, pero antes o después ambos vehículos empezarán a mostrar achaques debidos a la propia hostilidad del ambiente marciano, con oscilaciones térmicas brutales. También se teme que el polvo se vaya acumulando en los paneles solares disminuyendo su suministro eléctrico.

EL LANDER O ATERRIZADOR

El aterrizador o ‘lander’ es una cubierta protectora que alberga y protege al rover y que incorpora los airbags que absorverán los impactos. Se trata de una estructura fuerte y ligera consistente en una base y tres pétalos en forma de tetraedro (forma de pirámide). Está fabricado con un material similar a la fibra de vidrio y la estructura principal están hechos en fibra de grafito, creando un material más ligero que el aluminio y más resistente que el acero. El rover está unido al pétalo base con anclajes especiales que se soltarán con pequeñas cargas explosivas.

Los tres pétalos están conectados a la base del tetraedro con bisagras que poseen un poderoso motor que permite levantar el aterrizador y el rover juntos (en el caso de que quedasen en posición invertida, ya que hay 4 posiciones posibles y solo en una de ellas el rover quedaría ‘de pie’). El peso conjunto es de 530 kilogramos aunque en Marte representa tan sólo unos 180 kilogramos.

El rover lleva consigo unos sensores llamados ‘acelerómetros’ los cuales detectan que dirección es ‘hacia abajo’ (hacia la superficie de Marte) y el ordenador se encarga de controlar esos datos y mandar los comandos necesarios a las bisagras de los pétalos para darle la vuelta. Una vez que la base está en el suelo, los otros dos pétalos serán abiertos. Una vez que los cuatro pétalos están desplegados quedará una superficie plana. Si alguno de los pétalos laterales al abrirse se encontrara con alguna roca, tienen la fuerza suficiente como para seguir abriendose y llegar a formar una superficie plana que estuviese ‘montada’ sobre la roca, quedando el rover y la base elevados sobre el suelo. Antes de soltar los anclajes, el equipo de la misión enviaría las ordenes necesarias al rover para que plegase algo los pétalos necesarios, para permitir una salida segura del rover hacia el suelo marciano, sin que llegase a caerse tras la roca.

Durante la fase de salida del rover fuera del aterrizador, el robot debe ser cuidadosamente conducido para no enredar sus ruedas con los airbags desinflados o para no caerse por un pétalo que haya quedado en el aire por lo que todo su entorno será cuidadosamente fotografiado.

Para ayudar en este proceso, los pétalos poseen un sistema de retracción que lentamente irá recogiendo los airbags hacia el aterrizador, dejándolos fuera del camino del rover. Todo este proceso se realizará antes de la apertura de los pétalos. Además los pétalos llevan unas pequeñas rampas llamadas ‘Batwings’ que se desenrollarán para formar un camino por el que pueda pasar el robot, creando camino adicionales para salir del lander y además disminuyen la altura del último paso antes de tocar tierra. El proceso para replegar los airbags y abrir los pétalos dura un total de 3 horas.

LAS COMUNICACIONES

Los rover no sólo están preparados para enviar los datos directamente a la Red de Estaciones DSN, sino que pueden enviar la información hacia el resto de naves que orbitan el planeta, la Mars Odyssey, Mars Global Surveyr y si fuese necesario la Mars Express. Además los propios orbitadores pueden enviar información hacia los rovers cada vez que los sobrevuelen. Esto es una gran ventaja ya que los orbitadores pueden captar señales de menor potencia de los rovers, lo cual hace que estos gasten menos energía. Además, los orbitadores pueden enviar datos a nuestro planeta durante más tiempo que los rovers y serán de apoyo cuando estos queden en la parte contraria del planeta (vistos desde la Tierra). La distancia entre ambos planetas variará durante la fase primaria de la misión entre los 170 y los 320 millones de kilómetros.

Los rovers se comunicarán con los orbitadores a través de la red DSN usando las ondas de radio de la banda X, las cuales son de una frecuencia mucho mayor que las usadas por las emisoras de FM. Las ondas de radio emitidas desde o hacia los rovers para comunicarse con los orbitadores serán usando las antenas de UHF las cuales son de más baja potencia en comparación con el gran alcance de las antenas de baja y alta ganancia. Una de las antenas UHF se encuentra en el rover y la otra en un pétalo del aterrizador, lo cual ayudará a la comunicaciones durante la misión y sobre todo durante el descenso.


La antena de Baja Ganancia (LGA) en forma de mástil y la de Alta Ganancia (HGA) en forma de disco.

Cuando los rovers se comunican directamente con nuestro planeta usan las antenas de baja ganancia (LGA) y de alta ganancia (HGA). La antena de baja ganancia envía y recibe información desde cualquier dirección, es decir, es omnidireccional, pero con el inconveniente de que tiene una baja capacidad de transmisión. La antena de alta ganancia emite un haz de ondas en una dirección concreta (buscando siempre nuestro planeta) y conteniendo una mayor cantidad de datos. Esta antena es móvil por lo que el rover no necesitará girarse cada vez que se establezca una comunicación, ahorrando tiempo y energía.

El ritmo al que los datos pueden ser enviados directamente hacia la Tierra varía entre los 12.000 bits por segundo y los 3.500 (la tercera parte de la velocidad de un modem). Sin embargo el ritmo de envío de datos a los orbitadores es siempre de 128.000 bps (4 veces más que un modem). Cuando un orbitador pasa sobre el rover o por sus cercanías, tiene 8 minutos para comunicarse. En ese tiempo pueden ser enviados unos 60 MB de datos (1% de un CD). Si se transmitieran directamente podían tardar hasta 5 horas y gastando mucha más energía. Debido a las limitaciones de energía y térmicas, los rovers sólo pueden mandar datos directos a la Tierra durante unas 3 horas.

Como Marte gira sobre su eje, cuando una región ‘da la vuelta’, se lleva al rover con ella. En esos momentos el rover está fuera del campo de visión de la Tierra y en ‘oscuridad’ de comunicaciones. Sin embargo los orbitadores pueden ‘ver’ la Tierra durante 2/3 de cada órbita, unas 16 horas al día. Por lo tanto, no sólo están en contacto con la Tierra más horas sino que pueden enviar los datos a una mayor velocidad gracias a sus mayores antenas y paneles solares.

LAS ZONAS DE ATERRIZAJE

La zonas de aterrizaje seleccionadas entre cientos de candidatas han sido el Crater Gusev y Meridiani Planum.

El Cráter Gusev tiene un diámetro de unos 150 kilómetros y una edad estimada de 4.000 millones de años. En las fotografías de alta resolución obtenidas desde la órbita por la sonda MGS, parece que una vez el crater estuvo lleno de agua y que incluso esta rebosó por una pared del cráter.

El segundo lugar, Meridiani Planum contiene Hematita. Este es un mineral que normalmente se forma por la acción del agua aunque tambien podría formarse por otros procesos. Es un buen lugar donde pudo haber evolucionado la vida.


Mapa general de Marte con la dos zonas seleccionadas


El Cráter Gusev


Meridiani Planum

EL RELOJ DE SOL

Este reloj de Sol lleva una placa incorporada que servirá para comprobar que las fotografías que toma la cámara en Marte reflejan los colores reales sin distorsionar. Para ello se contrastarán con los colores ya conocidos de la placa en fotografías realizadas aquí en la Tierra. Este reloj de sol fue diseñado por varios miembros de la misión apoyándose en ideas mandadas por varias escuelas y tenía que volar en la misión suspendida APEX 2001. Para los rovers se corrigió y adaptó a las nuevas medidas. Mide 8 cms2, el mástil mide 6 cms. de alto y pesa 65 gramos. Se convertirá en el primer reloj de sol interplanetario. En él aparece la palabra ‘Marte’ escrita en 17 lenguas distintas y cada cara del reloj lleva una inscripción explicando porqué hay que investigar Marte, con dibujos de los estudiantes. Se encuentran representadas las órbitas de la Tierra y Marte con dos puntos de colores que los representan y se puede leer la frase ‘Two Worlds, One Sun’ – Dos Mundos, Un Sol.

INFORMACIÓN EXTRA

– ENLACES

· Noticias de los MERs
· Web de la misión en el JPL
· Web de la misión Athena Cornell
· PDF – Landing Press Kit

Informe elaborado y publicado originalmente en: SONDASESPACIALES.COM

Editor: Pedro León, © 2.002 – 2.004. Todos los derechos reservados.
Aitor Conde Carlos Perla Aitor
Conde «Bultza»
Miguel Angel
Ruiz «Odyssey»
Rubén Raya Enrique Serrano

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Autor: deroweb

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