La ruta del cereal: una necesidad

Una de las zonas agrícolas más productivas del país, ubicadas en el interior de los partidos de Daireaux, Pehuajó, Guaminí y Trenque Lauquen, reclama la concreción de una obra esencial para la comunicación de una decena de pueblos que carecen de accesos pavimentados.

Reclamo éste que tiene sus orígenes en la desaparición del ferrocarril en 1977 y que llega a su punto de inflexión en 1985 cuando el flagelo de las inundaciones termina aislando aún más a varias localidades. Tal fue el caso de Mones Cazón y Asturias en Pehuajó; Salazar en Daireaux; Girodías y Trongé en Trenque Lauquen, y Garre, que ocupa territorio del último distrito y de Guaminí.
Entendiendo que las inundaciones estaban obstruyendo el desarrollo económico de un área tan productiva, se pensó en construir una ruta que mínimamente conectara la ruta nacional 33 con la ruta provincial 86, posibilitando así la transitabilidad permanente del transporte de carga, el ingreso de ómnibus, la reducción de los costos de proveedores y, al mismo tiempo, la desvinculación cotidiana del mantenimiento vial, más que nada considerando la predominancia de suelo arenoso, cuya atención es intensiva.

Esa nueva vía pavimentada se llamaría la «ruta del cereal». Así, se dinamizaría la economía y la comunicación social desde la ruta nacional 33 que conecta esta área agrícola con el puerto de Bahía Blanca, mientras que, por otro, lo hace con la ruta 86 que termina en el puerto de Quequén, o por medio de la ruta nacional 5 -a 30 kilómetros- con Buenos Aires y el conurbano.

Comienzo de las obras

Iniciadas las gestiones en 1985, dos años después se comienza a pavimentar el acceso a Mones Cazón, que cubría 27 de los casi 100 kilómetros de la ruta anhelada. Esa obra recién llegó a su fin en la década posterior, no dando lugar a la prolongación a Salazar, ubicada a sólo 18 kilómetros. Sin embargo, el municipio de Daireaux motorizó todo lo que tuvo a su alcance, empezando por conseguir que todos los frentistas cedieran espacios para ensanchar la calle con miras a la nueva ruta que iba a construirse. Por consiguiente, la provincia aportó su maquinaria y terminó de ensanchar la calle.

En años recientes, dada la inactividad en la obra, el distrito de Daireaux destina parte de sus arcas municipales para realizar los primeros trabajos en el sector. Así se llegó al presente, contando en este presupuesto con $ 400.000 de fondos únicamente destinados a Salazar. Pero el municipio no puede seguir haciéndose cargo solo de estas obras, porque corre el riesgo de descuidar otros sectores. Se necesita la colaboración provincial.

El autor es secretario de Obras Públicas de la Municipalidad de Daireaux.

FUENTE: DIARIO LA NACION

Link http://www.lanacion.com.ar/707254

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Autor: deroweb

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