«Es triste, pero las crisis económicas siempre repercuten en el cultura»
La pintora argentina (y Deroense) Patricia Tobaldo vuelve a exponer en Logroño al cabo de más de dos años. Esta vez ha llenado Martínez Glera de enigmáticas miradas, colores cálidos y clamorosos silencios con voz de mujer. Una melancólica sensualidad parece invitar a afrontar con serenidad el mágico misterio de la vida.
La exposición tiene dos partes diferenciadas. Háblenos de ellas.
-Son dos partes que están muy relacionadas entre sí. Hay unos cuadros con personajes en los que los gestos expresan una elocuencia muda, una suerte de silencio hablado. Esto es a lo que me refiero con Universo femenino: afirmación muda de la vida. Y luego están los cuadros de ranas, que están muy vinculados a los anteriores por los ojos, que para mí son los espejos del alma y por la simbología del animal.
-Parece encerrar una simbología sobre la incomunicación actual.
-Es una forma de retórica sobre la comunicación no verbal, un eco de la actualidad, en la que, a pesar de haber más medios que nunca, cada vez permanecemos más mudos. Pero todo está representado en una actitud vitalista muy vinculada al universo femenino.
-Se advierte un cambio desde su última exposición, un acercamiento de la figura.
-Mi pintura se va decantando. Cada vez estoy más comprometida con la figura humana, aunque sigue estando en un mundo intermedio, más allá del realismo o del simbolismo, a caballo entre lo inconsciente y lo instintivo.
-También ha cambiado el color.
-Ahora son colores más trabajados, producto de una mayor investigación. Predominan los colores cálidos, con una textura más lisa y pinceladas más suaves ¿Eso quiere decir que ha cambiado la artista? Esto significa un crecimiento como artista. Estoy en permanente investigación y ahora empleo menos color para decir más cosas.
-Pero sigue teniendo las mismas reminiscencias.
-En mi pintura se aprecia influencia del manierismo, pero no desde lo intelectual o lo enigmático, sino desde lo visual.
-Ha vivido en Argentina, en Sierra Leona, en Francia y en España. ¿Cómo influye esto en su obra, que se ve tan exótica?
-Es cierto que mis figuras son muy africanas, con sus rasgos angulosos, sus miradas Creo que artistas como Modigliani o Picasso se han sentido atraídos por culturas que no entendemos bien.
-Pero su pintura también está inevitablemente vinculada a Latinoamérica
-Hay un gen vivo inevitable, un punto de convergencia que muestra un arte muy visceral y fuerte. Es la forma de hacer de alguien que está creciendo y los artistas latinoamericanos expresamos nuestras batallas. Somos un continente joven que está creciendo con muchos problemas bien conocidos y eso se percibe en cualquier expresión artística.
-¿Cómo es el momento en Argentina?
-Hay gran creatividad, pero no en la pintura. Hay una eclosión de las artes escénicas, pero en pintura ha habido una involución, estamos como en España en los años 80. Hemos tenido un comienzo de siglo difícil y eso se nota más en lo que no se considera vital. Hoy en día es difícil ser artista en Argentina. Debemos buscar algo que nos identifique. Es triste, pero las crisis económicas siempre repercuten en la cultura.
-Son dos partes que están muy relacionadas entre sí. Hay unos cuadros con personajes en los que los gestos expresan una elocuencia muda, una suerte de silencio hablado. Esto es a lo que me refiero con Universo femenino: afirmación muda de la vida. Y luego están los cuadros de ranas, que están muy vinculados a los anteriores por los ojos, que para mí son los espejos del alma y por la simbología del animal.
-Parece encerrar una simbología sobre la incomunicación actual.
-Es una forma de retórica sobre la comunicación no verbal, un eco de la actualidad, en la que, a pesar de haber más medios que nunca, cada vez permanecemos más mudos. Pero todo está representado en una actitud vitalista muy vinculada al universo femenino.
-Se advierte un cambio desde su última exposición, un acercamiento de la figura.
-Mi pintura se va decantando. Cada vez estoy más comprometida con la figura humana, aunque sigue estando en un mundo intermedio, más allá del realismo o del simbolismo, a caballo entre lo inconsciente y lo instintivo.
-También ha cambiado el color.
-Ahora son colores más trabajados, producto de una mayor investigación. Predominan los colores cálidos, con una textura más lisa y pinceladas más suaves ¿Eso quiere decir que ha cambiado la artista? Esto significa un crecimiento como artista. Estoy en permanente investigación y ahora empleo menos color para decir más cosas.
-Pero sigue teniendo las mismas reminiscencias.
-En mi pintura se aprecia influencia del manierismo, pero no desde lo intelectual o lo enigmático, sino desde lo visual.
-Ha vivido en Argentina, en Sierra Leona, en Francia y en España. ¿Cómo influye esto en su obra, que se ve tan exótica?
-Es cierto que mis figuras son muy africanas, con sus rasgos angulosos, sus miradas Creo que artistas como Modigliani o Picasso se han sentido atraídos por culturas que no entendemos bien.
-Pero su pintura también está inevitablemente vinculada a Latinoamérica
-Hay un gen vivo inevitable, un punto de convergencia que muestra un arte muy visceral y fuerte. Es la forma de hacer de alguien que está creciendo y los artistas latinoamericanos expresamos nuestras batallas. Somos un continente joven que está creciendo con muchos problemas bien conocidos y eso se percibe en cualquier expresión artística.
-¿Cómo es el momento en Argentina?
-Hay gran creatividad, pero no en la pintura. Hay una eclosión de las artes escénicas, pero en pintura ha habido una involución, estamos como en España en los años 80. Hemos tenido un comienzo de siglo difícil y eso se nota más en lo que no se considera vital. Hoy en día es difícil ser artista en Argentina. Debemos buscar algo que nos identifique. Es triste, pero las crisis económicas siempre repercuten en la cultura.
*NOTA PUBLICADAD EL 22/02/06 EN UN IMPORTANTE PERIODICO ESPAÑOL*