DIARIO LA NACION: Daireaux rechaza el pedido de autonomía de Huanguelén
Los huanguelenses apoyaron la iniciativa mediante un plebiscito, pero otros municipios de la zona, a los que les restaría tierra, se oponen y cuestionan ese resultado.
El domingo 19 de septiembre, Huanguelén y Daireaux vivieron jornadas con objetivos contrapuestos. La primera comuna fue a las urnas por un plebiscito que le permitiría avanzar hacia su pedido de autonomía, mientras que la segunda se movilizó para expresar su disconformidad con el criterio de independización distrital que pretende llevar a cabo la iniciativa política del diputado Julio Alfonsín (UCR). Con la creación de la Asociación de localidades pro autonomistas hace un año, y ahora con la posibilidad de que el resultado del plebiscito sea considerado uno de los requisitos para que una pequeña localidad del interior sea independiente desde los 2000 habitantes (20.000 en el conurbano), se ha creado un marco de expectativa que hoy desborda a más de 60 comunidades bonaerenses. Entre ellas se destacan Quequén (Necochea), Huanguelén (Coronel Suárez y Guaminí), Batán (General Pueyrredón), Lezama (Chascomús) y Mar de Ajó y San Bernardo (Municipio de la Costa), que desde hace varias décadas reclaman asemejarse al sistema de comunas de Córdoba y Santa Fe. Estas provincias poseen 363 y 428 jurisdicciones, respectivamente, a diferencia de Buenos Aires, que posee sólo 134, a pesar de ser más de cuatro veces mayor en población.
Pero, a este requisito demográfico y a los evidentes resultados que arroja un plebiscito que sólo votan los ciudadanos de la localidad que pretende ser autónoma -y no los implicados en el área geográfica del solicitado territorio-, se suma una tercera variable de análisis relativamente compleja: la viabilidad técnica y económica. Aspecto éste que es muy discutible a la hora de establecer los parámetros y la metodología aplicada para presentar los resultados. Aún cuando consultoras y universidades intervinieron exponiendo su diagnóstico, siempre recayeron en críticas por parte del sector damnificado, el que generalmente se vio identificado con localidades y distritos aledaños que tendrían que ceder tierras para la creación de un nuevo partido.
En este contexto, la agenda del último mes fue rica en materia de hechos, empezando con el tratamiento en comisión del proyecto legislativo de Alfonsín, siguiendo con la disposición de un plebiscito para Huanguelén que tuvo como cola el levantamiento de los movimientos de defensa territorial desde Daireaux, uno de los distritos que agruparon a jurisdicciones vecinas comprometidas con la cesión de tierras. Por un lado, Huanguelén, que ya cuenta con 6000 habitantes, expone como cartel de reclamo la desatención de servicios a su localidad por parte de Coronel Suárez, y por otro resalta que el ejido urbano se encuentra dividido entre esta última jurisdicción y el partido de Guaminí, cuyas ciudades cabeceras están situadas a más de 50 kilómetros. Y al mismo tiempo el área rural aledaña, aún peor, ya que incluye también a un reducido sector de Daireaux y General Lamadrid; a lo que se corresponde con tres departamentales judiciales distintos (Azul, Bahía Blanca y Trenque Lauquen). Como ejemplo, se cita a un productor rural que posee su campo en tres distritos y en dos jurisdicciones judiciales distintas.
Plebiscito cuestionado
Así planteadas las cosas, el domingo 19 de septiembre, en Huanguelén, el 98,3% de los ciudadanos que fueron a votar se inclinó en favor de la autonomía, mientras que el 0,8% sostuvo conformidad con continuar perteneciendo a Suárez. El otro reducido porcentaje correspondió a votos en blanco o en favor de anexarse a Guaminí, Lamadrid y Daireaux. No obstante el éxito que resultó para muchos en Huanguelén este tipo de plebiscito, no fue considerado tal por pobladores de distritos vecinos, que arguyen que el alto porcentaje debe mirarse desde otra óptica, dado que sólo votaron 2312 personas, sobre unas 3700 que lo habían hecho en las elecciones de septiembre de 2003. Ello indicaría que ese 98,3% se aproximaría al 60% real de la población, cifra que deja al descubierto la opinión de un 40% que no estaría totalmente convencido del proyecto autonomista.
Mientras que el domingo era un día casi festivo para Huanguelén, los productores rurales y vecinos de Daireaux hicieron una pueblada ocupando la avenida principal de su ciudad cabecera, recibiendo la adhesión de localidades como Henderson, Guaminí, Coronel Suárez y Lamadrid. Todas ellas no sólo se alzaron en contra de Huanguelén, sino también de los pedidos de autonomía de pequeñas localidades de la región que de adjudicársele el rango de ciudad cabecera atentaría contra el futuro de los vigentes distritos, que se están recuperando luego de una larga crisis.
Esta semana, la comisión que defiende la autonomía de Huanguelén, presidida por Francisco Bilbao, adelantó que el proyecto de autonomía «va a volver a la Cámara baja de la Legislatura bonaerense, ya que sobran fundamentos para que esta localidad sea autónoma».
Por otro lado, Francisco Di Prieto, presidente de la comisión en defensa de Daireaux, en compañía de representantes de comunas vecinas, viajó a La Plata para explicar que los resultados del plebiscito fueron un fracaso. Según opinó, «la prosperidad de los pequeños municipios del interior está en riesgo por una aventura de pueblos enojados con sus autoridades distritales». Y agregó: «El ejemplo más claro lo tuvimos cuando se dividió en tres el partido de Pellegrini. Ninguno de los municipios que resultaron de esa iniciativa -Pellegrini, Salliquelló y Tres Lomas- pudo progresar».
Por su parte, el intendente de Daireaux, Luis Oliver, opinó: «No tiene sentido que nos reclamen 42.000 hectáreas, cuando estamos prácticamente fuera de los litigios de ese radio urbano dividido».
Por Jorge Lapena
Para La NACION