50 Entrevistas a Gente de Daireaux – «Lalo» Actis Grosso
(Entrevista realizada en marzo de 2004) La Música de las Palabras y de los Recuerdos Un pedazo de nuestra historia vive en Bolívar y 9 de Julio. Hace mas de setenta años que camina por esa casa, por esas veredas, por ese barrio y por toda la ciudad. Con el trabajo de sus años de adolescente se compró el bandoneón, un sueño surgido escuchando la radio con sus padres. Después aprendió a tocarlo, y cuando ya era una parte importante de su vida, se lo robaron una tarde en Bahía Blanca: “Trágico”, sintetiza Lalo, y dice que aún hoy lo siente. El bandoneón que tiene ahora nunca será lo mismo, y no sólo por ser de menor calidad. Se llama Ronaldo Oscar, pero todos lo conocen por Lalo Actis Grosso. Y así son sus historias . Por ahí, parecidas a las historias de todos. Y de pronto, únicas y exclusivas. Como esta nota. No es un caso frecuente el de don Lalo Actis Grosso. Desde el primer dato que nos tira, pasando por cada una de las cosas que cuenta y que vivió, hasta llegar a la actualidad, todo parece simple, pero es en esa simpleza donde se aloja la particularidad, el suceso especial, la mini-historia fuera de lo común. Por ejemplo, le preguntamos dónde y cuando nació. -“En el 30, y nací aquí mismo.” Señala el lugar donde está sentado, para agregar enseguida: “Tengo 74 años, y los viví a todos acá, en esta misma casa.” Mas tarde, en otro momento de la charla de mas de una hora, supimos que su señora, Mabel Hernández, desde los cuatro años de vida vivió a 50 metros de allí, en lo que fue el Boliche de Durisotti, al otro lado de la vía; a los nueve se mudó a la esquina de 9 de Julio y Bolívar, a unos 25 metros, hasta que a los veinte se casó con Lalo, y ya no hubo distancia. “Esta casa era de mis padres. Mi madre era de acá, de origen Vasco-frances, y mi padre nació en Bahía Blanca, vivió en Guaminí, y era de origen Piamontés, en el límite de Italia con Francia.” Lalo habla sin prisa, como dandole tiempo a los recuerdos, o como dandose tiempo para irlos disfrutando. Cada tanto busca la mirada de su esposa, como para chequear la...
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